Apertura de Sesiones 2012 en vivo

26.3.10

Admiten que no se instrumentó la ley que controla a los patovicas Tras los nuevos hechos de violencia en boliches, Oscar Castellucci, padre de una víctima de este tipo de hechos, indicó a
lanacion.com | Información general | Viernes 26 de marzo de 2010

MODELO DE CHECKLIST

25.3.10

PROPUESTA POR EL MANUAL DE TECNICA LEGISLATIVA DEL PROYECTO DIGESTO JURIDICO ARGENTINO
Director: profesor Antonio A. Martino

I. PARA LA CREACION DE LAS DISPOSICIONES NORMATIVAS.

1. El objetivo que se quiere alcanzar ¿necesariamente tiene que hacerse por ley (o por
decreto)?
2. Dado que legislar es modificar el sistema jurídico en vigor, que parte del mismo será
modificada. Establecer con precisión la categoría y el nombre de las disposiciones
que serán afectadas.
3. Adquirir todos los datos relativos a la necesidad, congruidad y eficacia de la
disposición que se pretende crear.
4. Individualizar con claridad los fines y los medios para obtenerlos al fin de preparar la
evaluación futura sobre cómo medir la eficacia de la disposición.
5. ¿Se prevén eventuales problemas aplicativos? Se deberían identificar.
6. Evaluar la coherencia de la disposición que se pretende introducir con las normas de
la disciplina que afecta, la Constitución y los Tratados internacionales.
7. Certeza, proporción y equidad frente a la ley ¿están salvaguardados?
8. Si el poder de crear la disposición llega por delegación, aclarar esta en sus mínimos
detalles con toda claridad.
9. ¿Se han tenido en cuenta las competencias de las Provincias y de las autonomías
locales?
10. Se debe hacer un análisis de costo-beneficio, con especial atención a los costos para
los ciudadanos, la Administración Pública, las empresas.
11. ¿Se ha evaluado la factibilidad administrativa?
12. ¿Se consultaron a las partes interesadas?
13. Los tiempos previstos ¿podrán ser respetados?
14. Los gastos que implique la nueva disposición ¿de dónde se van a obtener?
15. ¿Cómo se piensa divulgar la disposición para asegurar su eficacia?

II. PARA LA REDACCION DE LAS DISPOSICIONES NORMATIVAS.

16. ¿El texto es claro y explícitas las disposiciones?
17. ¿Se están respetando los criterios específicos de cada categoría legal para la
redacción?
18. ¿Se presentan al legislador (lata sensu) las alternativas posibles para que pueda
elegir en el caso que sea posible?
19. ¿O aún, elegir entre la nueva disposición y la que estaba vigente?
20. ¿Se respeta el orden lógico de las disposiciones?
21. ¿Se han respetado las reglas de partición interna?
22. El promedio de incisos, para cada artículo, ¿es suficientemente bajo?
23. Si la nueva ley introduce una nueva institución ¿esta es tratada en todos sus aspectos
fundamentales?
24. Lenguaje:
A: ¿En cada categoría las definiciones son compatibles? (no contradictorias)
B: Si es necesaria una ulterior especificación de significado respetar la categoría
precedente
C: La ley modificante ¿utiliza los mismos términos que la ley modificada?
D: Se respetan los criterios de paridad entre sexos en el lenguaje?
E: ¿Resultan claramente identificados los destinatarios de la norma?
F: Se practicaron normas de legibilidad como las de Flesch., Gunning Fog, etc.?
25 ¿Se han evitado los reenvíos a normas no identificables?
26 Una vez creada la nueva ley ¿su introducción en el cuadro normativo
preexistente produce un orden normativo orgánico?
27 ¿Se especifican con claridad las reglas principales y las excepciones?
28 ¿Se ha realizado la coordinación con la legislación vigente simplificando y
rebordeando las normas de la (o las) categorías afectadas conforme a la ley 24.697?

Bibliografía consultada

BICHACHI, Diana Susana: “El uso de las Listas de Chequeo (Checklisten) como
herramientas para controlar la calidad de la ley”, localizado a través del buscador “google”.

LEIVA FERNANDEZ, Luis F. P.: “Checklisten: una técnica contra la inflación
legislativa”, La Ley, T.1996-E, Sec. Doctrina.

MARTINO, Antonio A: “Manual de Técnica Legislativa-Proyecto Digesto Jurídico
Argentino- “Editado por el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal. Año 2001.

La reforma del Quorum

Trabajo de Lucía Fontella
En Revista de Derecho parlamentario Nº 6
http://www1.hcdn.gov.ar/dependencias/dip/publicacion/revder6a2.pdf

Maestría en Ciencia de la legislación

22.3.10

Oferta conjunta de la Universidad del Salvador y la Universidad de Pisa.

Este año quien se inscriba al Máster en Ciencia de la Legislación que organizan la Universidad del Salvador y la Universidad de Pisa www.iiefgs.org (14° año de dictado y con aprobación de la CONEAU) tiene la posibilidad de cursar contemporáneamente el Máster en Scienza della Legislazione e Governance política, de la Universidad de Pisa, Máster certificado de calidad OSI 9200. www.sp.unipi.it.

Para ello deberá cursar un par de materias mas, siempre en Argentina, pues la Universidad de Pisa enviara 17 profesores especialmente para ello.

Además, El Ministerio italiano de la Universidad – a través de la Universidad de Pisa ofrece 7 becas para argentinos que quieran obtener el Máster en Scienza della Legislazione e Governance política, consistentes en la inscripción gratuita al Máster italiano, el pago de € 1.000.- para viajes y gastos y la atención para obtener en Pisa alojamiento y comida a precios políticos.

La estadía de 3 meses en Pisa le permitirá realizar las 400 horas de pasantía obligatoria en los Máster Europeos, en cualquier entidad pública o privada que el candidato y eventualmente el ente que lo patrocina elijan: desde el estudio de un abogado hasta la participación en la implementación de la firma electrónica en la Municipalidad de Pisa. La estadía puede ser menor si el candidato logra realizar las 400 horas previstas. Los meses recomendables son diciembre, enero y febrero.

Las inscripciones ya han comenzado y hay becas disponibles.

Por cualquier ampliación remitirse a esta representación de la Universidad de Pisa o a la Secretaria de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad del Salvador, Tte.Gral. Perón 1818, tel. (54-11) 4372-6594

Aplicación de Análisis FODA a las Comisiones Parlamentarias

21.3.10

Autores: 

Nicolás Francisco Rona, 
Héctor Pérez Bourbon
y Mario Carballido
Este trabajo, de investigación teórica, pretende mostrar la utilidad de algunas herramientas provenientes del mundo de la calidad a la función parlamentaria y las tareas que, en cumplimiento de esa función se desarrollan.
La herramienta elegida es el análisis FODA y el sector de aplicación seleccionado es el estamento de comisiones de un cuerpo parlamentario.
Por ese motivo, en la primera parte se verán algunas consideraciones generales acerca de la metodología de análisis FODA y en la segunda el ensayo concreto de volcarlo a las comisiones parlamentarias.

Texto completo del trabajo: 
http://www.google.com.ar/url?sa=t&source=web&ct=res&cd=9&ved=0CCYQFjAI&url=http%3A%2F%2Fwww.aaeap.org.ar%2Fponencias%2Fcongreso5%2Fponencias_completas%2FRona%2C%2520Perez%2520Bourbon%2520-%2520Carballido%2520-%2520La%2520aplicacion%2520del%2520analisis%2520FODA%2520en%2520comisiones%2520parlamentarias.doc&rct=j&q=perez+bourbon&ei=NYOmS47kNoGmuAeps6TlCQ&usg=AFQjCNGm8OHeweG0f6I4FeqGCyF6voawBg&sig2=48yHzy7sNRE6GiPXMwQpyA

Grupo de Asesores Parlamentarios en FCBK

Están invitados a participar
http://www.facebook.com/album.php?aid=54829&id=1408897223&ref=nf#!/group.php?v=wall&ref=search&gid=102314013139634

Escenas de decadencia parlamentaria

14.3.10


Por José Natanson
Para Página 12
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-142005-2010-03-14.html

Aunque algunos lo rastrean hasta los griegos y romanos, el origen del Parlamento suele situarse en la alta Edad Media, en las cortes o estamentos integrados por el clero, la aristocracia y los hombres libres encargados de aconsejar al rey, en particular en Gran Bretaña. Con el tiempo, las cortes fueron reduciendo progresivamente el poder del monarca hasta que, superadas las pretensiones absolutistas tras la victoria de los partidarios del constitucionalismo en las revoluciones inglesas del siglo XVII, la posición del rey quedó menguada y el Parlamento pasó a considerarse el representante de todo el reino. Tras el Acta de Unión (1707), las cortes constituyeron la base del primer Parlamento de Gran Bretaña, más tarde Parlamento del Reino Unido, país que registra la máxima continuidad evolutiva de la institución parlamentaria (cuya expresión es, desde luego, la Cámara de los Lores, hoy presente como un vestigio momificado, pero formalmente intacto, del parlamentarismo medieval).
Los parlamentos modernos, el inglés o aquellos paridos por la Revolución francesa, inauguraron la representación política tal como la conocemos hoy, en el sentido de un conjunto de legisladores elegidos por un período determinado, sin mandato imperativo, encargados de formar gobierno y administrar el Estado. Los Parlamentos liberales se sustentaban en el ideal del diálogo como generador de soluciones racionales a los problemas del país. Integrados por notables y votados por sufragio censitario, funcionaban –más allá de la clásica división entre liberales y conservadores– como defensores de los derechos de los propietarios.
El esquema estalló con la emergencia de las sociedades de masas, cuando las presiones de las nuevas clases trabajadoras y pequeñoburguesas fueron ampliando paulatinamente el sufragio hasta alcanzar, a principios del siglo XX, el voto universal masculino. Esto sacudió el ideal del Parlamento liberal como expresión de una nación homogénea y puso en crisis las instituciones legislativas: el ideal de acuerdos intra-elites fue destruido y la arena parlamentaria quedó contaminada por los conflictos y los intereses de las masas. Fue la política la que solucionó el problema mediante la creación de nuevas instituciones, los partidos y los sindicatos, convertidos en los nuevos mediadores entre la sociedad (ahora pueblo) y el Estado. (Angel Manuel Abellán, “Notas sobre la evolución histórica del Parlamento y de la representación política)”.
Hoy el Parlamento, y no sólo el argentino, atraviesa una nueva crisis. Los Parlamentos modernos son instituciones del Estado-nación pensados para sociedades de mediana complejidad. El problema, como señala con lucidez el sociólogo brasileño Marco Aurelio Nogueira (“Corrupción en el Senado brasileño: síntoma de una crisis de larga duración”, revista Nueva Sociedad 225), es que el mundo actual –globalizado, transnacional, hipercapitalista, superconectado– está conformándose como un sistema que supera a los Estados nacionales (sin eliminarlos) y, al mismo tiempo, como una sociedad mundial que no se refleja en un Estado mundial. Expresión de un Estado-nación con funciones reducidas y en el contexto de decisiones trasnacionales que lo exceden, el Parlamento pierde efectividad, poder y legitimidad (las encuestas coinciden en que es la institución menos valorada por la opinión pública).
Vivimos en sociedades de alta complejidad, en las que la modernidad dejó de ser sólida y se volvió líquida, como sostiene Zygmunt Bauman, en un proceso de derretimiento institucional que afecta todo lo instituido (incluyendo, o empezando por, el Parlamento). Y vivimos también en sociedades en red, según la definición de Manuel Castells, es decir en contextos en los que los clásicos centros o referencias –del Estado a la religión, del Parlamento a la policía– pierden potencia y capacidad de controlar a las personas y los espacios.
En este marco, el sistema político –y en particular el Parlamento, en teoría la expresión más plural y completa del todo social– se vuelve incapaz de interactuar de forma virtuosa con la cultura y las estructuras sociales derivadas de los nuevos términos de la vida globalizada, es decir, con sociedades plurales, fragmentadas, reflexivas, veloces y explosivas. Todos los centros tienden a perder capacidad de dirección en condiciones de alta complejidad. Golpeado, deslegitimado, sufriente, el Parlamento se ve atrapado entre el decisionismo de los gobiernos, que reaccionan con decretos frente a la lentitud del sistema político, y las demandas de una sociedad más exigente, atenta e informada.
Nogueira asegura que esta tendencia, común a casi todas las democracias del mundo, se acentúa en los países latinoamericanos, que radicalizan su modernidad sin calmar los dolores de su condición periférica. Los nuestros son países hipermodernos pero periféricos, y comparten los problemas de las dos condiciones existenciales: al hipermodernizarse, se cargan de tecnología, información, mercado y competencia, y se convierten en países veloces, plurales y fragmentados. Pero siguen siendo dependientes, desiguales, internamente fragmentados. Se caracterizan por una ciudadanía imperfecta, con bolsones de medievalismo y feudalismo, y por una democracia que no puede completarse.
En América latina existen evidencias de la crisis estructural que atraviesan los parlamentos, que en algunos casos se manifiesta en escándalos de corrupción. El 8 de julio de 2005, el asesor del PT José Adalberto Vieria da Silva fue detenido cuando, al pasar por los rayos X del aeropuerto paulista de Congonhas, la policía descubrió que llevaba 100 mil dólares escondidos en los calzoncillos. El escándalo derivó en el destape de las mensualidades que el gobierno del PT pagaba a una serie de legisladores a cambio de su apoyo a leyes clave, y poco a poco se fue esparciendo como leche derramada por todo el sistema político: obligado a demostrar su inocencia, Lula le pidió la renuncia a todo su gabinete, incluyendo a sus dos principales funcionarios, el ministro de Economía y el jefe de la Casa Civil (equivalente al jefe de Gabinete argentino).
Pese al escándalo, Lula logró evitar el impeachment que pendía como una espada sobre su cabeza (en buena medida por el temor del PSDB, el principal partido opositor, a una deriva populista a la Collor), se sobrepuso y obtuvo su reelección. Pero el año pasado sucedió una nueva crisis cuando el presidente del Senado, el veterano José Sarney, recibió varias acusaciones de corrupción, malversación y fraude, que incluyeron una supuesta cuenta oculta en el exterior, desvíos de fondos a una fundación controlada por él y otros episodios por el estilo. La decisión de Lula de respaldar en su cargo a Sarney, líder de su principal aliado político, el PMDB, llevó a una parálisis del Senado, que literalmente dejó de funcionar durante meses, hasta que el oficialismo consiguió los votos necesarios para recomponer su mayoría y ratificar al senador.
Detrás de estas situaciones se encuentra la crónica debilidad de todos los presidentes brasileños que, en un sistema centrífico e hiperfragmentado, carecen de mayoría legislativa y deben buscar permanentemente alianzas de ocasión: en la Cámara de Diputados, y a pesar de los buenos resultados obtenidos en las últimas elecciones, el PT cuenta con 91 bancas sobre ¡513!, a las que hay que sumar las 91 del PMDB (el partido de Sarney). La situación es aún más grave en el Senado, donde el oficialismo tiene 10 bancas sobre 81.
Pero los escándalos no son el único síntoma de crisis de los parlamentos latinoamericanos, donde también se han vivido situaciones de insólito bloqueo. En México, país en el que desde el fin del unicato priísta el presidente carece de mayoría en ambas cámaras, los trámites legislativos se vuelven lentos y las retribuciones a los partidos-bisagra, en particular el PRI, costosísimas. En noviembre del 2006, cuando ya finalizaba su mandato, la oposición le negó a Vicente Fox el permiso para salir del país en su última gira internacional por Vietnam y Australia, que debió suspender. La respuesta de Fox, insospechado de inclinaciones kirchneristas, parece una copia textual del actual discurso oficial. “El equilibrio de poderes no es una carta blanca para que un poder debilite, obstaculice o neutralice a otro.”
Por último, no resulta sorprendente que algunos de los procesos de reforma constitucional concretados en los últimos años en los países andinos no hayan encontrado mayores resistencias a la hora de disolver los respectivos Congresos: en el caso de Chávez, la reforma constitucional de 1999 anuló al viejo Congreso e incluso creó una institución provisoria, que los medios denominaron “Congresillo”, encargada de legislar hasta la elección de un nuevo poder legislativo unicameral. En Ecuador, Rafael Correa también consiguió que la Asamblea Constituyente disolviera las antiguas cámaras, para lo cual impulsó, al filo de la legalidad, la suspensión de los 57 diputados –y su reemplazo por suplentes– que se oponían a la reforma.
Con estos ejemplos (hay más) pretendo argumentar que los sucesos de las últimas semanas –los decretazos del gobierno, la negación del quórum de unos a otros, la suspensión de sesiones, el rol clave de los bloques-bisagra– son el reflejo de una crisis profunda y de larga duración, que afecta a muchos congresos del mundo. Cuando el gobierno tiene mayoría en ambas cámaras, como sucedió en Argentina hasta hace poco tiempo, los problemas se disimulan (aunque incluso en esas etapas hay síntomas: ¿cómo se explica si no que, en circunstancias favorables, el gobierno recurra a la delegación de facultades –vía superpoderes– o abuse de recursos institucionales extremos –los decretos de necesidad y urgencia o el veto parcial–?). Sin embargo, es cuando el oficialismo pierde el control de las cámaras que la crisis se manifiesta en toda su intensidad: las escenas de decadencia parlamentaria de las últimas semanas son sólo un capítulo de una historia que aún no ha concluido.

Digitalizan la Constitución original de 1853

6.3.10


Digitalizan la Constitución original de 1853
Así es el manuscrito de nuestra Constitución. Ahora está en versión digital.
viernes, 05 de marzo de 2010
El manuscrito original de la Constitución Nacional de 1853, que permanece en custodia del Museo Parlamentario del Senado, fue microfilmado y digitalizado por el personal de la Biblioteca del Congreso de la Nación (BCN).

La tarea fue realizada por la Dirección de Planeamiento y Modernización de la BCN para su microfilmación, en el marco de un convenio destinado a la promoción, fomento y conservación del patrimonio histórico-cultural y como parte del Programa Nacional de Recuperación de Documentos Históricos.

La Biblioteca incorporó en los últimos años una visión federal en cuanto a la selección de materiales a preservar, por considerarla fundamental para las generaciones futuras.
Bajo esta premisa surgió el Programa Nacional de Recuperación de Documentos Históricos, por el que la Asociación de Bibliotecarios Graduados de la República Argentina galardonó a la BCN con el premio "ABGRA a las Bibliotecas Argentinasö.

Las autoridades de la BCN destacaron que el objetivo principal del programa es "crear conciencia en la comunidad sobre la importancia de la conservación" de los documentos históricos y "brindar las herramientas necesarias para manipular los formatos de microfilmación y digitalización".

En el marco del Programa Nacional de Recuperación de Documentos Históricos, se microfilmaron y digitalizaron materiales de gran importancia histórica como La Gaceta Mercantil, del Epistolario del Doctor Juan María Gutiérrez y el Archivo Biblioteca Peronista